El 17 de marzo de 2017, después de una larga y ejemplar lucha contra la enfermedad, ha fallecido nuestro amigo y consejero Fernando Falero de Arrese.
En la vida personal, prodigaba afecto a raudales, era amante de los suyos, comprensivo con el prójimo y exigente consigo mismo hasta el grado de exquisitez. Era un hombre de criterio tradicional que mantenía en las vicisitudes de la vida moderna con honradez y plenitud. Nacido el 5 de septiembre de 1943, su padre Fernando Falero Láriz fallece cuando nuestro amigo iniciaba sus estudios en las aulas del naciente Icade, donde se licencia en Administración de Empresas y en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid. Su única hermana era María Victoria Falero de Arrese.
En 1969 se casa con Luz Rato Salazar, el amor de su vida, que era hija de Faustino de Rato y Rodríguez San Pedro. Tuvieron tres hijos: Iñigo, Alejandro y Fernando, que les han dado cinco nietos hasta el momento. En su boda, entre los familiares, amigos y personalidades ilustres, estuvo su tío José Luis de Arrese y Magra, su cuñado César de Carlos da Riva, así como el notario y académico Juan Berchmans Vallet de Goytisolo, que llevaba la representación judicial.
En la vida profesional, fue un hombre de criterio y de acción: conocedor de las leyes que preservan las estructuras y promotor sensible de su adaptación al mundo cambiante para actualizar su función social desde el respeto al humanismo cristiano.
En 1965 ingresa en el Banco Ibérico y desempeña sus funciones como director de las sucursales de Santa Cruz de Tenerife y Sevilla. En 1976 ingresa en el Banco Coca y desempeña sus funciones como director de las sucursales de Oviedo y Bilbao hasta ser nombrado subdirector general de Recursos en 1977. Al ser absorbido el Banco Coca por el Banco Español de Crédito, es nombrado responsable de la Unidad del Centro de Control para la integración de ambos bancos.
En 1980 es nombrado jefe de zona en el Banco Español de Crédito, cargo que ejerce como siempre con brillantez y eficacia hasta 1984, en que es nombrado administrador único del recién adquirido Banco General del Comercio y de la Industria. En 1986 es nombrado subdirector general del Banco Español de Crédito y en 1988 es ascendido a director general adjunto. En 1990 fue nombrado vicepresidente ejecutivo del Banco de Madrid y presidente de Lease Banesto; en 1992 sería vicepresidente y consejero delegado de Banesto Leasing.
Además de sus actividades en el Banco Español De Crédito, fue consejero de las siguientes sociedades: Banesto Gestión, S.A. (1988-1990), Banfenix Compañía de Seguros y Reaseguros, S.A. (1987-1990), Proyecto Europa, S.A. (1988-1991), Banesto Leasing Chile S.A. (Chile, 1991), Lefact Arrendadora S.A de CV (Méjico, 1991-1995) y Totta Leasing (Portugal, 1991-1995).
El tiempo de su actividad profesional en Banco Español de Crédito coincidió con un periodo de crisis bancarias, que se fueron contagiando desde los bancos especulativos, pequeños o medianos, hasta los más grandes y conservadores. Fue un tiempo de filias y fobias, con cambios gerenciales profundos, que se iniciaron al fallecer el vicepresidente Gregorio López-Bravo de Castro en febrero de 1985 y finalizaron con la adquisición de Banesto por el Banco de Santander en abril de 1994.
A pesar de este entorno cambiante, cada uno de los sucesivos rectores de mantuvo a Fernando entre sus colaboradores principales por su seriedad, carisma y valía, a lo que él correspondía sin dificultad política por su lealtad al Banco-institución, siempre por encima de las banderías. Es de destacar la complejidad y variedad de las empresas del grupo (bancarias, de seguros y financieras) que se le encomendaron y en las que volcó su acción con resultados muy favorables en todos los casos.
En 1996 y, a pesar de la oferta de continuidad en el primer plano bancario, consideró que su Banesto ya no existía y decidió dedicarse al desarrollo profesional de la fotografía para dar a conocer los descubrimientos de su pasión de viajero. Inicia ya con 53 años esta nueva actividad, pero se desplaza con entusiasmo juvenil a todos los rincones de la tierra, reúne una colección de más de 400.000 fotografías y realiza varias exposiciones para mostrar su obra. Con el humanismo siempre como nota característica, hace que las personas que fotografía, (sus rostros, tamaños e indumentaria) sean clave y referencia para entender el mundo exterior -paisajes y escenas- que refleja.
Al indagar sobre su fuerza genuina y su perspicacia de alma antigua, hay que evocar la herencia materna del Arrese vasco-navarro, o casa de piedra en castellano, con su modo de ser noble, cabal y austero. Y también la herencia de su mítico predecesor Falero, que según cita de Apolonio de Rodas, fue la primera lanza de Atenas, fue animado por su padre Alcón a ir con Jasón para ser un héroe grande entre los grandes y a la vuelta de su viaje triunfal, se instala con sencillez de nuevo en su hogar; sus contemporáneos dieron el nombre de bahía de Falero a esa zona ateniense. Varios hombres ilustres tienen esta zona como lugar de origen: Demetrio de Falero, filósofo y bibliotecario (350 adC); Marino Faliero, dux de Venecia de breve duración (1355); Fra Antonio Faliero de Negroponte, pintor renacentista (1455); y los hermanos Andrés y Antonio Faleiro, mercaderes con agencias en Amsterdam, Hamburgo y Venecia, además de banqueros corresponsales de los Tinoco (1616).
A todo ello y mucho más hay que remitirse para explicarse la síntesis personal que hace de estas cualidades en cada una de sus facetas vitales. No importa el orden en el que se pongan porque todas estuvieron presentes en cada etapa de su vida: fue noble, cabal y austero como banquero, gestor, fotógrafo (en vez de pintor), héroe, viajero y filósofo. Así se hizo una persona diferente y valiosa; a la espera del reencuentro eterno, su memoria perdura en cuantos le trataron. Descanse en paz.
José Antonio Santos Arrarte.
Doctor en Economía y Presidente de Patrivalor, sociedad gestora de fondos